Gane quien gane las elecciones, la “moderación del discurso” luce como el aspecto más común de los candidatos, sea Daniel Scioli, Mauricio Macri o Sergio Massa; ese es uno de los primeros puntos destacados por el analista político Sergio Berensztein (@SBerensztein), quien fue parte del panel inaugural del Argentina Shale & Gas Summit que se desarrolla en Buenos Aires.
Ante el escenario electoral de 2015, uno de los más reconocidos analistas políticos de Argentina, recomendó no subestimar el poder del gobierno actual y de la posibilidad de la continuidad. “Las elecciones de América Latina en los últimos 12 años, excepto Chile y Perú, han sido ganadas por los que estaban en el poder”; para Berensztein, “las políticas sociales y la creación de empleo han generado un fuerte vínculo de la sociedad con los gobiernos”.
El escenario energético y la política
Las similitudes entre los candidatos a la presidencia de Argentina se cimentan en cuatro grandes visiones: amigarse con los mercados, el objetivo de reinsertar a la Argentina en el mundo, mantener una fuerte presencia del Estado en la economía y luchar contra la inseguridad, uno de los flagelos que más preocupan a la sociedad.
El mercado energético tiene un gran potencial de desarrollo, dice Berensztein, “pero en un clima político complicado, con desequilibrio económico, alta conflictividad social y un marco regulatorio polémico”. A la hora de valorar los puntos cuestionables de la industria, junto al escenario de coyuntura de Argentina, el analista destaca la “visión negativa” que tiene el sector, con fuertes grupos de lobby del medioambiente y un creciente grupo que cuestiona duramente la aplicación de técnicas de fracking para la producción de petróleo y gas.
Entre los aspectos destacados para el desarrollo energético de la Argentina, el titular de Beresnztein consultores, remarcó la visión positiva que la sociedad tiene de la petrolera YPF. “Seis de cada 10 argentinos respaldan la YPF estatal… es lo más parecido que hay a la camiseta de la selección”, dijo irónicamente.
La crisis energética presenta una oportunidad en la que todos los actores políticos coinciden en que resulta imprescindible para resolver la necesidad de dólares que el país requiere para financiar la importación de combustibles. Recuperar el autoabastecimiento energético es uno de los slogans enmarcados en la “épica” del discurso, pero en términos reales es un déficit comercial que arranca en los u$s11.000 millones anuales y perjudica toda la cadena de intercambio comercial con el mundo.
Berensztein teme que la sobrevaloración de Vaca Muerta pueda generar la ilusión social de que el país está ante su gran oportunidad y que esto resolverá todos los problemas. Es uno de los riesgos en que fácilmente se puede caer, incluso desde el discurso de la política y los candidatos.
Por último, Argentina es un país de tradición conflictiva en el ámbito social. Desde la década del 90, la conflictividad de distintos sectores, algunos radicalizados hacia una extrema izquierda que toma plantas, destruye yacimientos o corta las rutas de acceso se ha tornado un cuadro habitual del día a día con el que conviven las empresas. La industria petrolera es un sector de inversión intensiva, de apuestas de largo plazo, y el denominado “costo argentino” convierte al país en un lugar donde las tasas de rentabilidad suelen exigir unos puntos más que en otros países de la región.